Tecnicaturas Superiores Sociales y Humanísticas

Los Institutos de Educación Superior históricamente brindaron dos tipos de formación: docente o técnica. Éstos eran “Profesorados” o “Institutos Técnicos”. Una mirada rápida y poco precavida a esta tipología puede llevarnos a desconocer la arbitrariedad de los criterios clasificatorios.

Desmontar aquí los supuestos de esta clasificación naturalizada no tiene un interés propiamente académico –aunque necesitemos incursionar en una reflexión de tipo epistemológica–, sino que nos habla del “terreno” en el que se despliegan las prácticas del Área, el fondo histórico y político en el que nos toca actuar. Si reponemos el sentido aristotélico del término griego “tékhne”, como un modo de saber, como un saber hacer, la formación docente implica la transmisión de este tipo de saber: un saber técnico.

La distinción, entonces, entre formación docente y formación técnica no se debería a razones de tipo epistemológicas sino de otro tenor. Si a esto le agregamos la pregunta: ¿en qué ámbito opera el saber técnico del docente? o ¿en qué espacio se despliega su práctica?, la respuesta puede generarnos mayor desconcierto: en el ámbito de lo humano, de lo social.

Nuestra Área se nomina como “Educación Superior – Áreas Humanística y Social”. La formación docente, entonces, caería también dentro de las áreas humanística y social de la educación superior. Llegados a este punto, habría que plantear que lo que opera en estas demarcaciones no son cuestiones científicamente fundadas, sino más bien de carácter histórico. Por lo mismo, queda abierta la posibilidad de que estas distinciones dentro de la Educación Superior estén teñidas de intereses ideológicos (aunque no necesariamente sostenidos de manera racional y consciente).

Fuente

Abriendo picadas o nuevos territorios en la educación superior. – 1a ed. – Buenos Aires: Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, 2007. 72 p. ; 29×21 cm. (Contar pedagogías)