Falta de autoridad y dispersión: los temores más comunes al momento de realizar una práctica profesional docente

Estudiantes de carreras docentes comparten su experiencia realizando prácticas profesionales. Los retos más comunes y la importancia del acompañamiento de docentes coformadores en la formación en terreno.

Ingresar a un aula, pararse frente a un grupo de alumnos, dictar una clase y enfrentar los desafíos propios que cada grupo etario presenta, es uno de los mayores retos que deben atravesar los/as estudiantes de docencia al momento de realizar sus prácticas profesionalizantes. Nervios ante la falta de experiencia, la dispersión de los/as estudiantes y aprender a construir autoridad pedagógica, son algunos de los puntos que destacan fundamentales en su aprendizaje en terreno, y que, gracias al acompañamiento de los/as docentes coformadores y docentes de Prácticas Profesionales, logran adquirir.

Natacha Gabrielli Poquet tiene 42 años y está en cuarto año del Profesorado en Historia.

Realizó sus prácticas profesionalizantes en el Colegio Belgrano, con alumnos de primer año del nivel secundario. “Lo que más me costó en mi primera clase fue la inseguridad, me dio pánico escénico”, relató Natacha. “Me puse nerviosa, fue una instancia al principio aterradora, pero se transformó en algo afectuoso”, rememora, destacando que la docente coformadora le transmitió tranquilidad en ese momento.

Su mayor desafío fue abordar al grupo en su magnitud y captar su atención: “Diversas realidades conviven dentro de un aula, muchos alumnos no se sentían motivados por las propuestas, y dialogando algunos me contaron que no le encuentran sentido a la educación. En el curso había dos chicos que habían repetido, tres a los que solo les importaba el deporte y el resto que lo hacía de modo automático. Los consejos de las docentes fueron fundamentales a la hora de ingresar al aula, dimensionar estas realidades y escuchar a los estudiantes”.

Al tener que dictar una clase, muchos practicantes coinciden en la dificultad para captar la atención de los/as alumnos/as y la dispersión que genera el uso de teléfonos celulares. Aspectos que junto a las docentes coformadoras aprenden a abordar, con herramientas concretas que les permiten avanzar y captar el interés del grupo.

Ludmila Muñoz está cursando el último año del Profesorado en educación secundaria en Biología en el IES N° 9-011 del Atuel, en San Rafael, y actualmente está realizando sus prácticas de cuarto año en la Escuela Manuel I. Molina, con alumnos de segundo año. “Lo que más me costó en mis prácticas fue la autoridad. Alejandra, mi docente coformadora, me ayudó con esta problemática, me fue enseñando clase por clase como ganarla y a pararme como una profesional frente a los alumnos, me dio estrategias para mantener el orden y la atención del grupo”.

“Gracias a estas prácticas perdí el miedo a estar frente a 30 alumnos”, destacó Ludmila, celebrando que tras superar este desafío, ya se siente lista para ingresar al campo laboral, porque “aprendí a controlar los nervios, a no sentirme intimidada, a preparar una clase y desarrollarla. Me siento confiada y preparada, gracias  a las herramientas brindadas por mi coformadora, mi IES y mi profesora de práctica, pendientes siempre de lo que necesitamos en nuestro camino como residentes, conteniendo y enseñando valores pedagógicos”.

Carina Salatino está cursando cuarto año del Profesorado en Educación Primaria en el IES N° 9-026 de la Patria Grande, en Las Heras, y está realizando sus prácticas profesionales en la Escuela Gregorio Las Heras, con alumnos de primer grado. A partir de esta experiencia, dimensionó la responsabilidad y el reto que deben enfrentar los/as docentes de nivel primario: “Estoy fascinada con los pequeños, la ternura y el amor que brindan es hermoso. Pero también me doy cuenta del gran trabajo y rol que tiene la docente de este grado por delante, no solo en alfabetización, sino en la formación de hábitos y en especial en el control de la disciplina, ya que el aula está integrada por estudiantes que presentan distintos problemas y esto resulta una difícil tarea diaria”.

Lucas Emmanuel Fontemachi cursa cuarto año del Profesorado de Educación Primaria en el IES N° 9-006 “Prof. Francisco H. Tolosa” en Rivadavia y realizó sus prácticas de tercer año en un CEBJA para adultos mayores, en un aula satélite de la Escuela Bernardino Rivadavia. Gracias a esta experiencia, Lucas nos cuenta que descubrió el valor de la docencia: “En esta experiencia, en la que me sentí tan confrontado, encontré el valor de la docencia: no se trata de papeles o planificaciones, sino de vínculos, personas, seres que traen sus historias y debemos respetar y adaptar a nuestra enseñanza”.

Al trabajar como docente de adultos mayores, Lucas aprendió la importancia de atender a las particularidades de cada estudiante. “Alfabetizar, entender el dinamismo del aula, el desafío de las diferentes capacidades que presenta cada adulto, el tiempo que tenés que hacer para escucharlos y saber cómo estaban, tomarnos un mate, repasar lo trabajado en la clase anterior. Era dedicar tiempo de calidad, no limitarse solo a dar una secuencia diagramada con anterioridad”, reflexionó.

Silvana Elizabeth Santander está cursando cuarto año del Profesorado en Educación Secundaria en Informática en el IES N° 9-011 Del Atuel y actualmente realiza sus prácticas profesionales en la Escuela N° 4-095 “Islas Malvinas” con alumnos de cuarto año. “La realidad que encontré en este curso es bastante compleja y heterogénea, con diversas capacidades a desarrollar y niveles de conocimientos previos. Está el grupo o grupos que cuestionan todo, no quieren trabajar, los que terminan las actividades antes, a los que les cuesta mucho más, etc, y esto, como docente, me ayudó a trabajar clase a clase el constante reformular de mi práctica”.

Silvana se desempeña en el aula junto a dos docentes coformadoras en pareja pedagógica (Ciencias Sociales y TIC). “Mi práctica con ellas es muy productiva y desafiante, ya que al tener un grupo tan diverso hay que buscar estrategias pedagógicas y trabajar el manejo de grupos. Pero ellas, como ya conocen la dinámica y particularidades del aula, van guiándome todo el tiempo y realizando las observaciones y rectificaciones o ajustes en cada clase. El tipo de acompañamiento es muy personalizado y constante”.

Inspirar con el ejemplo: la labor de los/as docentes a cargo de guiar las prácticas

La labor de docentes de Prácticas Profesionales y docentes coformadores (quienes reciben en sus aulas a los estudiantes para que realicen sus primeras experiencias profesionales y residencias) es determinante en la carrera de todo/a futuro/a docente, compartiendo herramientas clave que solo se pueden aprehender desde la experiencia que otorga estar al frente de una clase. Un intercambio necesario, que cimienta las bases de toda carrera docente.

“Junto a mi docente coformadora es un constante aprendizaje, ella comparte todo conmigo, lo lindo y los problemas que van surgiendo también, y eso me ayuda a aprender desde la vivencia, algo muy distinto a la teoría, lo que me da seguridad para desempeñarme como docente”, reflexionó Carina Salatino.

Natacha Gabrielli Poquet agregó: “Las prácticas son el mayor desafío de la carrera, y creo que el apoyo y la guía de mi IES junto a las docentes coformadoras fue fundamental desde el aspecto humano.”

“Mi experiencia junto a mi coformadora es excelente”, señaló Ludmila Muñoz, “me ayudó a crecer en mi desempeño profesional, con estrategias pedagógicas y sugerencias útiles a la hora de armar una secuencia, de dar actividades y desarrollar una clase”.

Lucas Emmanuel Fontemachi destacó que cada docente con la que le tocó trabajar le aportó una visión distinta, “me permitieron crecer dentro de sus espacios y me incluyeron en sus formas de enseñar, me enseñaron a formular actas y a entender el papelo interno, que muchas veces no conocemos, y a adquirir la capacidad de adaptarme al medio y momento. Me hicieron observaciones para que aprenda a mirar y a entender a quién y qué pidió, valorando el grupo pero también a cada alumno”.

El acompañamiento de las instituciones formadoras también es primordial, promoviendo una actualización constante que les otorgue herramientas y diversas técnicas de abordaje a los/as futuros docentes. Carina Salatino comentó que “desde el  Instituto los profesores nos acompañan de forma integral con apoyo constante en todo, poniendo la exigencia en lo conceptual, en la perfección de la planificación y la reflexión en cada acción. Este modelo  de trabajo nos exige indagar y ser muy creativos en nuestras clases para innovar con enseñanzas más actuales y enriquecer nuestra tarea en forma permanente hacia una nueva educación”.

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